La cual, de repente, cantó cómo me sentía ...
todo queda fuera de contexto, pero quiero compartirla.
La letra siempre tendrá un sentido.
Para que sepas cómo me siento, y te imagine todo mi llanto.
Para que un día tú también veas padecer en tus carnes toda esta angustia que me has causado.
Para que sepas que llevo marcado a fuego una y otra vez este tormento. Pues ya he deshecho mi fe, yo ya no estoy por entender, no digas nada, no lo consiento.
Y ya sabes que en esta vida todo se acaba pagando, y aunque te ocultes ya habrá encontrado tus lágrimas de amor.
Y ya sabes que ya no estoy aquí para servirte a ti a tu antojo.
Y te aseguro que derramarán tus ojos, más lágrimas de amor.
Para que sepas mi sufrimiento, voy a decirte así de claro que no es tan fácil perdonar a quien TANTO TE HIZO LLORAR.
De eso que siembras, espero que recojas ...
Para que entiendas lo que ha pasado, ahora soy yo el que te está despreciando. Ya no hay cabida para ti. Cerré la puerta ya, por fin. Tú muerdes el polvo y yo me aparto.
De lo que debí haber dicho en su momento, a lo que hoy recordé.
Nunca hará falta que yo te lo diga, porque la vida lo hará así y de lo que siembras, pronto vas a recoger los frutos más amargos que jamás hayas probado.
Para Michel, con mucho odio.
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